¡Y parece que de momento el experimento funciona! Todo empezó cuando Lluís y Joan Saula propietarios de Café Saula, visitaron el pasado diciembre las regiones de Sidamo, Kaffa, Yirgacheffe y Jimma-Limu en Etiopía. Fue en una de las visitas de los cafetales de Kaffa cuando se les ocurrió coger algunas semillas de café, que justo se habían despulpado, y llevarlas a los laboratorios de Café Saula en Barcelona. Primero pusieron las semillas en algodones mojados para hacerlas germinar y luego las trasplantaron en semilleros. Desde entonces, cada día se ha mimado al detalle el cuidado de los semilleros, hasta el punto que han empezado a brotar pequeñas hojas.
Pese a que lo más probable es que los cafetos o coffeas, como se llaman técnicamente, no puedan llegar a sobrevivir con nuestro clima, parece que de momento los cuidados están surtiendo efecto, gracias a que se les proporciona mucha luz y una temperatura cálida. Es una experiencia única poder ver de primera mano la evolución de los primeros pasos de un coffea y sus peculiaridades.
¡Habrá valido la pena!