Por suerte, en el Eixample de Barcelona todavía quedan algunas tiendas que han traspasado épocas. Es el caso del Colmado Múrria, situado entre la calle Roger de Llúria y Valencia. El establecimiento, de estilo modernista, abrió sus puertas en 1898 con el nombre de La Purísima y su primer propietario, Joan Soler, tostaba café y hacía barquillos.
Más de un siglo más tarde, entrar dentro del Colmado Múrria es como hacer un viaje al pasado. Ya desde la calle, el escaparate llama la atención gracias a sus letreros y anuncios modernistas de Anís del Mono y Codorniu, como si el tiempo nunca se hubiera detenido. En el interior, una gran variedad de productos son expuestos en elegantes estanterías de madera de pino y caoba.
Pero lo mejor de todo es ver a Joan Múrria detrás del mostrador, donde sigue atendiendo al público con la bata típica de los establecimientos del 1900 y luce un retorcido bigote al más puro estilo novecentista. Él es el hijo de Josep, quién en 1943 se hizo cargo de la tienda, optando por especializarse en productos gourmet y de alta gastronomía.
Esta preferencia por los mejores productos de calidad y proximidad, entre los que se suman los quesos artesanos, embutidos de pequeños productores o diferentes delicadezas, ha hecho que desde haga años tengan a la venta latas de Café Saula Premium Original molido. Y no sólo esto, sino que diferentes zonas del establecimiento cuentan con hileras de botes Premium Original de cuatro kilos como decoración.
Todo un orgullo para Café Saula, que siempre ha sentido un gran amor por la ciudad de Barcelona, cuna de la empresa, y por su cultura modernista. Y todavía más por el hecho de estar presentes en un local que vela para conservar todo el esplendor de nuestro pasado y que ha sido ganador de varios premios y reconocimientos oficiales, como la Medalla de Honor de Barcelona y el premio a La Mejor tienda del mundo, los dos concedidos por el Ayuntamiento de Barcelona, el Top Ten de Turismo de Barcelona o un premio FAD, entre otros.