No es ningún secreto que el café arábica es uno de los más apreciados del mundo. De hecho, en Café Saula siempre hemos apostado por el café arábica, porque nos permite llegar al nivel Premium que siempre buscamos en nuestros productos. Pero, ¿por qué nos gusta tanto el café arábica? Os damos tres sencillas explicaciones (aunque aún hay muchas más!):
1. Un café rico en aromas
El café arábica es mucho más complejo que el robusta, considerado de peor calidad. Por complejidad nos referimos a que tiene una gran riqueza de aromas y sabores, que después despliegan todas sus notas sensoriales cuando llegan a la taza de café.
2. Más refinado
El café arábica no solo cuenta con unos sabores más ricos y complejos, sino que también están más refinados, según los paladares más expertos. Esta variedad produce un café más fragrante, dulce, suave, con notas frescas, frutales y florales. Su acidez es agradable y equilibrada, mientras que los robustas producen cafés más fuertes y amargos.
3. Tiene menos cafeína
La variedad de los granos de arábica tiene la mitad de cafeína que el robusta. Y si además los granos están menos tostados y la infusión se hace con una cafetera espresso superautomática, la cafeína también llega a ser menor.