¿Sabías que beber café se asocia a un menor riesgo de desarrollar enfermedades hepáticas? Por lo menos este es uno de los resultados de un estudio realizado por las universidades de Southampton (Inglaterra) y Edimburgo (Escocia).
Los beneficios se perciben, según el estudio, tanto en el café con cafeína como con el descafeinado, así como con el café molido y el instantáneo. Eso sí, su punto máximo de beneficios se percibe a partir de las tres o cuatro tazas al día y, sobre todo, en el café molido, gracias a los altos niveles de Kahweol y cafestol que se encuentran.
La investigación, publicada en BMC Public Health, ha analizado a casi quinientas mil personas, el 78% consumidores habituales de café y el 22% de restantes no consumidores. A todos ellos se les ha seguido durante una media de 10 años para controlar quienes desarrollaban enfermedades hepáticas crónicas y afecciones hepáticas relacionadas.
El resultado ha sido que los bebedores de café tenían un 21% menos de riesgo de enfermedad hepática crónica, un 20% menos de riesgo de enfermedad hepática relacionada y un 49% menos de riesgo de muerte por enfermedad hepática crónica, que los que no bebían café.
Según Oliver Kennedy, autor principal de la investigación, este estudio es el primero hasta la fecha que ha analizado, en un gran volumen de población, el efecto de diferentes tipos de café y su efecto preventivo en enfermedades crónicas del hígado.