En Café Saula somos muy conscientes que, para hacer una taza de café, se necesitan granos de café perfectos y un método infalible. Solo así puede lograrse un café de calidad superior con todo el respeto que se merece. Un café que, para empezar, es de variedad arábica, procedente de las mejores plantaciones y sin desperfectos.
Una de las características que nos define es que, desde nuestros inicios, siempre utilizamos la misma fórmula de creación y preparación. Un respeto que mantenemos con nuestros consumidores, ofreciéndoles siempre la misma garantía de calidad año tras año.
Y es en este proceso de elaboración que cuidamos en todo momento que el café sea 100% limpio, descartando todos los defectos e impurezas que encontramos en cada uno de nuestros 7 procesos de selección.
Otro secreto importante para preparar un café de alta calidad es no tener prisa. Por eso, en Café Saula realizamos un tostado lento que garantiza que los aromas se desarrollen en su tiempo justo.
Con el fin de mantener durante más tiempo el grado óptimo de humedad del café y conservar todos sus aromas varietales, en Café Saula no enfriamos con agua, sino con un proceso exclusivo a base de aire. Tras el enfriado, el café se deja unas horas en los silos para que pueda desarrollar completamente sus aromas.
Una vez tostado, el café es envasado en botes metálicos con válvula de aroma que lo protegen de la oxidación. Finalmente, se dejan reposar a temperatura constante durante, al menos, tres semanas. Una crianza que permite afinar todos sus registros y matices organolépticos.
Un largo proceso de elaboración que solo tiene un objetivo: ofrecer un café aromático y de calidad.