Muchas personas se encuentran estos días en plena época de exámenes. Unas semanas en las que la disciplina, la concentración y el rendimiento son más importantes que nunca. Para poder conseguir este estado y a la vez conservar la energía muchos estudiantes tienen como perfecto aliado el café.
La cafeína del café, mucho más potente que la que se puede encontrar en las hojas del té, el guaraná o el cacao, es una sustancia psicoactiva ideal para mantenerse despierto y poder estudiar durante las largas noches antes de un examen.
Pese a que en dosis muy elevadas puede causar nerviosismo, irritabilidad, ansiedad, mareos o nauseas, la cafeína del café, combinada con el azúcar, resulta ideal para mejorar la capacidad de atención, la motivación, la memoria, el aprendizaje y la habilidad verbal. Además, diversos estudios confirman que, por ejemplo, la cafeína tiene la propiedad de mejorar la capacidad del cerebro a la hora de identificar errores gramaticales durante una lectura rápida.
Por otro lado, un estudio publicado en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (USA) ha demostrado que la cafeína tiene un efecto positivo en la consolidación de la memoria a largo plazo, por lo que se recomienda tomar una taza de café justo después de terminar de estudiar, con el fin de ayudar a recordar todo lo que se ha aprendido.