Con más de 150 años de historia, el Port de Barcelona tiene una larga historia con el comercio del café y el cacao. Aunque si tenemos que poner una fecha clave, esta sería a partir del 1979, cuando el tráfico de café dejó de ser un monopolio del Estado y Barcelona recuperó su capacidad para importar y exportar este producto.
Muy pronto, y gracias a la presencia de empresas tostadoras como Café Saula, Barcelona se situó como el principal puerto cafetero del país. Y para dar respuesta a este creciente trafico y potenciar la internacionalización del sector, Barcelona se homologó como puerto de café por la New York Board of Trade-NY-BOT (ICE Futures) y la London International Financial Futures and Options Exchange-LIFFE.
Estas homologaciones exigen a los operadores del puerto unos elevados niveles de calidad en los espacios y condiciones de almacenamiento del café. Con el tiempo, esta certificación y especialización ha convertido el Port de Barcelona en un gran competidor con otros puertos del norte de Europa. Actualmente importa sobretodo café verde procedente de más de 40 países de todo el mundo y también exporta productos acabados del café a numerosos destinos internacionales.