Cuenta la leyenda que en Nápoles se sirve uno de los mejores espressos del mundo gracias la alta calidad de su agua. Cierto o no, que el agua juega un papel clave en el éxito o fracaso de una taza de café no es ningún secreto. Saber con qué tipo de agua se elaborará un café es clave a la hora de predecir su resultado final. Por ejemplo, el agua que tiene un índice de dureza considerable y que no ha sido tratada es la responsable de más del 80% de los costes de mantenimiento técnico de las máquinas de café.
Esto sin contar como, a nivel organoléptico, un agua sin el tratamiento adecuado y con excesos de fluor y cloro libre cambia sustancialmente el aroma del café. Entre otros factores negativos, puede provocar un exceso de acidez, falta de aroma, cuerpo e inconsistencia de la crema.
Para evitar este mal sabor de boca y conseguir una excelente taza de café, lo ideal es utilizar siempre agua embotellada o, en los establecimientos especializados, escoger un filtro de tercera generación. Hay muchos tipos de filtros diferentes, según el tipo de agua de cada zona geográfica. Los filtros permiten tratar el agua de forma no agresiva y, a la vez, alargan la vida de las maquinas de espresso.
En Café Saula disponemos de un servicio técnico especializado que se encarga de supervisar el estado de las cafeteras de nuestros clientes; desde los niveles de café y la temperatura del agua hasta el correcto funcionamiento del filtro, entre otros.